Ao entardecer, debruçado pela janela,
E sabendo de soslaio que há campos em frente,
Leio até me arderem os olhos
O livro de Cesário Verde.
Que pena que tenho dele! Ele era um camponês
Que andava preso em liberdade pela cidade.
Mas o modo como olhava para as casas,
E o modo como reparava nas ruas,
E a maneira como dava pelas cousas,
É o de quem olha para árvores,
E de quem desce os olhos pela estrada por onde vai andando
E anda a reparar nas flores que há pelos campos...
Por isso ele tinha aquela grande tristeza
Que ele nunca disse bem que tinha,
Mas andava na cidade como quem anda no campo
E triste como esmagar flores em livros
E pôr plantas em jarros...
|
Al atardecer, asomado por la ventana,
Y sabiendo de soslayo que hay campos en frente,
Leo hasta que me arden los ojos
El libro de Cesário Verde.
¡Que pena tengo de él! Él era un campero
Que andaba preso en libertad por la ciudad.
Pero el modo en que miraba hacia las casas,
Y el modo como reparaba en las calles,
Y la manera como daba por las cosas,
Es el de quien mira hacia los árboles,
Y de quien desciende los ojos por el camino por donde va andando
Y anda reparando en las flores que hay por los campos...
Por eso él tenÃa aquella gran tristeza
Que él nunca dijo bien que tenÃa,
Pero andaba en la ciudad como quien anda en el campo
Y triste como aplastar flores en libros
Y poner plantas en jarros...
|