Arrumar a vida, pôr prateleiras na vontade e na ação.
Quero fazer isto agora, como sempre quis, com o mesmo resultado;
Mas que bom ter o propósito claro, firme só na clareza, de fazer qualquer coisa!
Vou fazer as malas para o Definitivo,
Organizar Álvaro de Campos,
E amanhã ficar na mesma coisa que antes de ontem — um antes de ontem que é sempre...
Sorrio do conhecimento antecipado da coisa-nenhuma que serei.
Sorrio ao menos; sempre é alguma coisa o sorrir...
Produtos românticos, nós todos...
E se não fôssemos produtos românticos, se calhar não seríamos nada.
Assim se faz a literatura...
Santos Deuses, assim até se faz a vida!
Os outros também são românticos,
Os outros também não realizam nada, e são ricos e pobres,
Os outros também levam a vida a olhar para as malas a arrumar,
Os outros também dormem ao lado dos papéis meio compostos,
Os outros também são eu.
Vendedeira da rua cantando o teu pregão como um hino inconsciente,
Rodinha dentada na relojoaria da economia política,
Mãe, presente ou futura, de mortos no descascar dos Impérios,
A tua voz chega-me como uma chamada a parte nenhuma, como o silêncio da vida...
Olho dos papéis que estou pensando em arrumar para a janela,
Por onde não vi a vendedeira que ouvi por ela,
E o meu sorriso, que ainda não acabara, inclui uma crítica metafisica.
Descri de todos os deuses diante de uma secretária por arrumar,
Fitei de frente todos os destinos pela distração de ouvir apregoando,
E o meu cansaço é um barco velho que apodrece na praia deserta,
E com esta imagem de qualquer outro poeta fecho a secretária e o poema...
Como um deus, não arrumei nem uma coisa nem outra...
|
Ordenar la vida, poner estantes en la voluntad y en la acción.
¡Quiero hacer esto ahora, como siempre quise, con el mismo resultado;
Pero que bueno tener el propósito claro, firme sólo en la claridad, de hacer cualquier cosa!
Voy a hacer las maletas para lo Definitivo,
Organizar Álvaro de Campos,
Y mañana estar en la misma cosa de anteayer — uno antes de ayer que es siempre...
Sonrío del conocimiento anticipado de la cosa-ninguna que seré.
Sonrío al menos; siempre es alguna cosa el sonreir.
Productos románticos, nosotros todos...
Y si no fuéramos románticos, si calláramos no seríamos nada.
Así se hace la literatura...
¡Santos Dioses, así se hace hasta la vida!
Los otros también son románticos,
Los otros también no realizan nada, y son ricos y pobres,
Los otros también llevan la vida mirando hacia las maletas acomodando,
Los otros también duermen la lado de los papeles medio compuestos,
Los otros también son yo.
Vendedora de la calle cantando tu pregón como un himno inconsciente,
Pequeño engranaje en la relojería de la economía política,
Madre, presente o futura, de muertos en el descascarar de los Imperios,
Tu voz me llega como una llamada a parte ninguna, como el silencio de la vida...
Miro los papeles que estoy pensando en acomodar hacia la ventana,
Por donde no vi a la vendendora que oí por ella,
Y mi sonrisa, que aún no acabara, incluye una crítica metafísica.
Descreí de todos los dioses delante de un secreter por acomodar,
Miré de frente todos los destinos por la distracción de oir pregonando,
Y mi cansancio es un barco viejo que empodrece en la playa desierta,
Y con esta imagen de cualquier otro poeta cierro el secreter y el poema...
Como un dios, no acomodé ni una cosa ni otra...
|